Seguramente , en la tripulación , había una profunda emoción y a la vez, sentían a esa responsabilidad, como una exquisita y muy pesada carga a sus espaldas. Iban a hacer historia. Del otro lado del océano , una nación espectante los esperaban para rendir el merecido tributo a su Libertador.
Durante treinta y dos días surcaría los mares la mismisima identidad de la Nación Argentina , la máxima expresión de entrega y sacrificio por la Patria. Tal vez, ese pabellón, era más celeste y blanco que nunca y seguramente, los marinos del Villarino, desfilaban en procesión frente a los restos , lo miraban y reflexionaban sobre las proezas de ese General correntino; aquel soldado que al mando de las huestes patriotas , cruzó una cordillera y liberó a tres países.
El 24 de mayo de 1880 , la vela mayor del Villarino, fue avistado por los ciudadanos que lo esperaban en el Puerto de Buenos Aires. El General José de San Martín estaba de vuelta en casa. Misión cumplida!!.
El buque Villarino sirvió unos años más en la Escuadra Argentina. Se lo recordará como la Nave que hizo realidad los deseos del Gran Capitán:
"...Deseo que mi corazón descanse en Buenos Aires.."
"...Deseo que mi corazón descanse en Buenos Aires.."
Rafael Chepoyá
Granadero (Res)
Granadero (Res)
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