Editorial
Por Ana María Valentino
En este mundo cada vez más globalizado la sociedad se presenta día a día más deshumanizada e individualista.
Desaparecen valores e ideales nobles.Nuestros jóvenes estás sin brújula que los guíe.
Sus padres ocupados por sobrevivir o por tener más y más..
Es tiempo de REFLEXIONAR. De mirar hacia adentro y reconocer mezquindades y falencias, es tiempo
de proponernos un cambio profundo, para nuestro bien y el de las generaciones futuras.
EL general José de San Martín no sólo nos legó la libertad como Nación sino que también nos dejó sus enseñanzas de vida.Las Máximas a su hija Mercedes hablan de su sabiduría , su grandeza y su humildad, condiciones que lo caracterizan mas allá de su gloria militar.
Leyendo esas Máximas es posible comenzar a reflexionar sobre nuestras propias actitudes de vida,disponernos a asumir nuestros errores y proponernos un cambio. Comprender que la soberbia y el materialismo desmedido no conducen nada bueno ya será una forma de aportar un granito de arenapara construir una sociedad má s humana y por consiguiente una PATRIA mejor.
Tomemos como referencia las enseñanzas de nuestro General y tratemos de inculcarlas en nuestros niños desde pequeños tal como él lo hacia en su hija Merceditas,y no dudemos que el tiempo dará sus frutos.
lunes, 9 de mayo de 2011
TESTAMENTO DEL GENERAL
PRIMERO. Dejo por mi absoluta Heredera de mis bienes, habidos y por haber a mi única hija Mercedes de San Martín actualmente casada con Mariano Balcarce.
SEGUNDO.Es mi expresa voluntad el que mi hija suministre a mi hermana María Elena, una Pensión de mil francos anuales , y a su fallecimiento se siga pagando a su hija Petronila una de 250 hasta su muerte, sin que para asegurar este don que hago a mi hermana y sobrina , sea necesaria otra hipoteca que la confianza que me asiste de que mi hija y sus herederos cumplirán fielmente esta voluntad.
TERCERO. El sable que me ha acompañado en toda la Guerra de la Independencia de la América del Sur, le será entregado al General de la República Argentina, don Juan Manuel de Rosas, como una prueba de satisfacción, que como argentino he tenido al ver al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que tratan de humillarla.
CUARTO. Prohíbo el que se me haga ningún género de Funeral, y desde el lugar que falleciere se me conducirá directamente al Cementerio sin ningún acompañamiento, pero sí desearía, que mi Corazón fuese depositado en el de Buenos Aires.
QUINTO. Declaro no deber ni haber debido jamás nada , a nadie.
SEXTO. Aunque es verdad que todos mis anhelos no han tenido otro objeto que el de mi Hija amada , debo confesar, que la honrada conducta de esta , y el constante cariño y esmero que siempre me ha manifestado, han recompensado con usura, todos mis esmeros, haciendo mi vejez feliz.Yo le ruego continúe con el mismo cuidado y contracción la educación de sus Hijas ( a las que abrazo con todo mi corazón) si es que a su vez quiere tener la misma feliz suerte que yo he tenido; igual encargo a su Esposo, cuya honradez y hombría de bien no ha desmentido la opinión que había formando de él. lo que me garantiza continuará haciendo la felicidad de mi hija y nietas.
SÉPTIMO. Todo otro Testamento o Disposición anterior al presente queda Nulo y sin ningún valor.
ARTÍCULO ADICIONAL.Es mi voluntad que el Estandarte que el Bravo Español Don Francisco Pizarro tremoló en la Conquista de Perú sea devuelto a esa República ( a pesar de ser propiedad mía) siempre que sus Gobiernos hallan realizado la Recompensa y honores con que me honró su primer Congreso.
Hecho en París a veinte y tres de enero de mil ochocientos cuarenta y cuatro, y escrito todo de mi puño y letra.
JOSÉ DE SAN MARTÍN
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