El mismo San Martín ha dispuesto que ningún oficial pueda entrar al laboratorio de mixtos con botas herradas y espuelas . Hay un centinela a la puerta del laboratorio para hacer cumplir la orden . Un día San Martín pretende entrar , contraviniendo lo dispuesto , y el centinela lo detiene .
El general acata la orden del centinela. Insiste otro día y la escena se repite. San Martín va humildemente , se viste de brin , se quita las botas , se calza de alpargatas y vuelve al laboratorio : el centinela entonces lo dejó pasar y San Martín entonces lo premió con una onza de oro.
(Ricardo Rojas: El Santo de la Espada)
Un oficial ha jugado y perdido cierta suma perteneciente a la caja del ejército: pide hablar con San Martín y le dice que va a hacer una confidencia al caballero. Cuando la confesión concluye , ante la pesadumbre del habilitado y sus promesas de enmienda , San Martín le entrega una suma para que reponga lo perdido , y añade: " Entregue ese dinero a la caja , pero guarde el secreto , porque si el general San Martín llega a saber que usted ha revelado lo ocurrido , lo mandará a fusilar".
( Ricardo Rojas: El Santo de la Espada)
En 1817 un vendedor ambulante entró en el patio de la residencia del Sr Solar en Santiago de Chile . El dueño fue a recibirlo y volvió diciendo que había comprado unas gallinas gordas.
En realidad , el supuesto pregonero era un espía de San Martín , que llevó un papel con la siguiente noticia:
" 15 de enero . Hermano S. mando por los patos 4.000 pesos fuertes; dentro de un mes estará con ustedes el hermano José ".
La cifra se refería a la cantidad de soldados y en el hermano del mensaje se escondía el General José de San Martín.
( Nicolás Cuello: Anecdotario y directivas de San Martín )
Cuenta el general Mitre que un Fraile predicaba contra el Libertador haciendo un juego de palabras.
"¡ San Martín!. Su nombre es una blasfemia" , había aclamado desde el púlpito, " no llaméis San Martín , como a Martín Lutero , el peor y más detestables de los herejes".
Llamado a su presencia - continúa Mitre - , con ademán terrible, fulminándolo con su mirada , le dijo:
" ¡Como usted me ha comparado con Lutero, quitándome el San.
¿Como se llama usted?"
"Zapata , Señor general", respondió el Fraile, humildemente .
"Pues desde hoy le quita el Za , en castigo , y lo fusilo si a alguien le da su antiguo nombre".
El Fraile aterrado , se tapó la boca y dijo en voz baja:
" No , no soy el Padre Zapata, sino el Padre Pata".
( Nicolás Cuello: Anecdotario y directivas de San Martín)
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