La biblioteca destinada a la educación universal, es más poderosa que nuestros ejércitos. Jose de San Martín.

Editorial

Por Ana María Valentino
En este mundo cada vez más globalizado la sociedad se presenta día a día más deshumanizada e individualista.
Desaparecen valores e ideales nobles.Nuestros jóvenes estás sin brújula que los guíe.
Sus padres ocupados por sobrevivir o por tener más y más..
Es tiempo de REFLEXIONAR. De mirar hacia adentro y reconocer mezquindades y falencias, es tiempo
de proponernos un cambio profundo, para nuestro bien y el de las generaciones futuras.
EL general José de San Martín no sólo nos legó la libertad como Nación sino que también nos dejó sus enseñanzas de vida.Las Máximas a su hija Mercedes hablan de su sabiduría , su grandeza y su humildad, condiciones que lo caracterizan mas allá de su gloria militar.
Leyendo esas Máximas es posible comenzar a reflexionar sobre nuestras propias actitudes de vida,disponernos a asumir nuestros errores y proponernos un cambio. Comprender que la soberbia y el materialismo desmedido no conducen nada bueno ya será una forma de aportar un granito de arenapara construir una sociedad má s humana y por consiguiente una PATRIA mejor.
Tomemos como referencia las enseñanzas de nuestro General y tratemos de inculcarlas en nuestros niños desde pequeños tal como él lo hacia en su hija Merceditas,y no dudemos que el tiempo dará sus frutos.

lunes, 19 de julio de 2010

ENCUENTRO ENTRE DOS LIBERTADORES

El 26 de julio de 1821 tiene lugar, en Guayaquil,Colombia, el encuentro entre los dos Libertadores de América del Sur,JOSÉ de SAN MARTÍN y SIMÓN BOLÍVAR.Aunque los temas que trataron en largas charlas privadas constituyeron un enigma de la historia durante muchos años, se sabe que no hubo un acuerdo en las propuestas que ambos expusieron en las mismas.
LO cual no impidió que se profesaran mutua admiración y respeto,San Martín es recibido con honores en el puerto de Guayaquil por el Libertador del norte, Simón Bolivar.

Cartas de San Martín enviadas a O´Higgins, Guido y otros amigos y una extensa que tuvo por destinatario al propio BOlivar han permitido que se hiciera un poco de luz sobre el asunto..



LIMA,29 de agosto de 1822

Excmo. Señor Libertador de Colombia,Simón Bolivar

Querido General:

Dije a usted en mi última del 23 del corriente que habiendo reasumido el mando
Supremo de esta república, con el fin de separar de él al debil e inepto Torres-Tagle
las atenciones que me rodeaban en el momento no me permitían escribirle con la atención que deseaba; ahora al verificarlo no sólo lo haré con la franqueza de mi carácter sino con la que exigen los altos intereses de la América.

Los resultados de nuestras entrevistas no han sido los que me prometía para la pronta terminación de la guerra. Desgraciadamente yo estoy íntimamemte convencido o que no ha creído sincero mi ofrecimiento de servir bajo sus órdenes, con la fuerza de mi mando, o que mi persona le es embarazosa.

Las razones que usted me expuso de que su delicadeza no le permitirían jamás mandarme y que en el caso de que esta dificultad pudiese ser vencida estaba seguro que e l Congreso de Colombia no autorizaría su separación del territorio de la república, permítame mi general,le diga no me han parecido plausibles.La primera se refuta por sí misma.En cuanto a la segunda estoy muy persuadido la menor manifestación suya al Congreso sería acogida con unánime aprobación cuando se trata de finalizar la lucha en que estamos empeñados con la cooperación de usted y la del ejército a su mando y que el honor de ponerle término refluirá tanto sobre usted como sobre la república que preside.

No se haga usted ilusiones,general.Las noticias que tiene del ejército realistas son equivocadas;ellas montan en el Alto y Bajo Perú a más de 19.000 veteranos, que podrán reunirse en el espacio de dos meses.

El ejército patriota, diezmado por las enfermedades, no podrá poner en línea de batalla sino 8.500 hombres, y de éstos una gran parte reclutas.La división el general Santa Cruz cuyas bajas según me escribe este general no han sido reemplazadas a pesar de sus reclamaciones en su dilatada marcha por tierra, debe experimentar una pérdida considerable, y nada podrá emprender en la presente campaña.
La división de 1400 colombianos que usted envía será necesaria para mantener la guarnición del Callao y el orden en Lima.

Por consiguiente, sin el apoyo del ejército a su mando, la operación que se prepara
por Puertos Intermedios no podrá conseguir las ventajas que debían esperarse, si fuerzas poderosas no llaman la atención del enemigo por otra parte, y así la lucha se prolongará por un tiempo indefinido.Digo indefinido porque estoy íntimamente convencido que sean cuales fueren las vicisitudes de la presente guerra, la independencia de la América es irrevocable; pero también lo estoy de que su prolongación causará la ruina de sus pueblos, y es un deber sagrado para los hombres a quienes está confiado sus destinos evitar la continuación de tamaños males.

En fín general,mi partido está irrevocablemente tomado.Para el 20 del mes entrante he convocado el primer Congreso del Perú y al día siguiente de su instalación me embarcaré para Chile convencido de que mi presencia es el solo obstáculo que le impide a usted venir al Perú con el ejército a su mando.

Para mí hubiese sido el colmo de la felicidad terminar la guerra de la independencia
bajo las órdenes de un general a quien América debe su libertad.El destino lo dispone de otro modo y es preciso conformarse.

No dudando que después de mi salida del Perú el gobierno que se establezca reclamará la activa cooperación de Colombia y que usted no podrá negarse a tan justa exigencia, remitiré a usted una nota de todos los jefes cuya conducta militar y privada pueda ser a usted de alguna utilidad a su conocimiento.

El general Arenales quedará al mando de las fuerzas argentinas.Su honradez, coraje y conocimiento lo harán acreedor a que usted le dispense toda consideración.


Nada diré a usted sobre la reunión de Guayaquil a la república de Colombia.Permítame general que le diga que creí no era a nosotros a quienes correspondía decidir este importante asunto.Concluida la guerra los gobiernos respectivos lo hubieran transado
sin los inconvenientes que en el día pueden resultar a los intereses delos nuevos estados de Sud América.

He hablado a usted general con franqueza, pero los sentimientos que expresa esta carta quedará sepultados en el más profundo silencio; si llegasen a traslucirse, los enemigos de nuestra libertad podrían prevalecerse para perjudicarla, y los intrigantes y ambiciosos para soplar la discordia.

Con el comandante Delgado, dador de ésta, remito a usted una escopeta y un par de
pistolas juntamente con el caballo que le ofrecí en Guayaquil,Admita usted ,mi general,esta memoria del primero de sus admiradores.

Con estos sentimientos y con los de desearle sea usted quien tenga la gloria de terminar la guerra de la independencia de la América del Sud, se repite su afectísimo servidor.

JOSÉ DE SAN MARTÍN

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